El Poder del clamor al Señor I

Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces. 
(Salmos 1:1-6, LBLA)

En este pasaje podemos ver que Dios le habló directamente a Jeremías y le dijo: “Clama a mí”; esto solo demuestra que el CLAMOR tiene poder. Por eso, Dios nos invita a que lo hagamos; y nos promete respondernos.

Después de clamar al Señor, es seguro que veremos cosas grandes e inaccesibles que no conocíamos y no habiamos visto antes. ¡Hay poder en clamar al Señor!

La religión nos ha enseñado que clamar es murmurar, sollozar, hablar en voz baja. Pero, en realidad, clamar es hacer una oración voz alta, clara y fuerte; sin vergüenza y sin prejuicios religiosos. Clamar, en su palabra en hebreo, se traduce como CHILLIDO, como alguien que ya no puede más.

Dios nos invita a que nos anticipemos al alba, nos preparemos y clamemos a Él. (Salmos 119:147)

 Cada uno de nosotros tiene un registro de voz diferente al otro (como una huella digital), Dios espera cada mañana escuchar tu voz.

 Tenemos dos herramientas en nuestras manos, para que este año sea éxitoso:

  • Meditar en la Palabra de día y de noche (Salmos 119:148, Josué 1:8)
  • Clamar al Señor (Salmos 119:147)

 ¡Ten la seguridad que Dios te escucha y responderá a tu clamor! (Salmos 116:1)